El dicho árabe de “No hables mal del camello. Porque
después, no vendes camello”, no sé que tanto aplique el dicho, pero aquí en
México, El camello llamado PEMEX ha hablado por sí solo desde que fue creado en
junio 20 de 1938. ¿De dónde viene la comparación? no es que me haya dado un
ataque de locura, es que la historia “alternativa” generada desde los hechos,
indica que el General Lázaro Cárdenas en un arrebato de ira, cruzado con temor,
decidió rasgarse las vestiduras, enrollarse la bandera y lanzarse al vacío; en
una acción popular, premeditada y muy bien eslabonada, corta las relaciones
comerciales con los particulares que habían invertido en la extracción, distribución y
comercialización de la incipiente industria petrolera mexicana (lo mismo que
ahora se ofrece). Y le da el apoyo total al Sindicato de Trabajadores
Petroleros de la República Mexicana tras haber ganado un fallo de la suprema
corte de justicia (1ro de Marzo 1938) que obligaba a los petroleros a la
indemnización por salarios caídos de 26 millones de pesos.
Cuestión que genero una crisis nacional, con los
heroicos resultados e infinidad de muestras de apoyo, miles y miles de
mexicanas donaron desde pollos hasta joyas, para poder liquidar la deuda del
costo de PEMEX (no encontré un documento que indique cuánto costó la compra,
pagadera a plazo de 10 años). La pujante y flamante nueva empresa nacional,
comenzó operaciones y despego con muy buenos resultados, se creó el instituto
mexicano del petróleo, las universidades orientaron sus programas a generar
ingenieros químicos, analistas y técnicos para poder satisfacer la demanda de
nuevos empleos.
El discurso político, como siempre nos vendió el “camello”,
se enfoco en “administrar” la abundancia y en permitir la implementación de
plantas sobre química secundaria (fibras, plásticos, agregados químicos,
celuloides, infinidad de polímeros) sin menoscabo de contaminación o cualquier daño
ambiental, creciendo la economía a pasos enormes, mismos que año con año (del
38 al 14, 76 contratos laborales) fueron frenando y haciendo imposible la
operativa debido a onerosas prestaciones improductivas.
Ahora, nos siguen diciendo que el “camello” es lo
mejor que nos pudo haber pasado, en lo que “el pueblo” apenas asimila el
“zambombazo” que el actual gobierno nos aplicó vía impositiva, deciden
endosarnos el pasivo laboral (no solo de PEMEX, también el de CFE) que es la
insignificancia de 1.66 billones de pesos (“para que le caiga el 20” la
cantidad es 1’660,000 millones de pesos). Con el único y exclusivo objetivo de poder atraer inversión tanto en
el “camello” como en toda la industria petroquímica y de generación
electricidad (en general co-generación de energía).
Por desgracia, la decisión ya se ha tomado, nuevamente
seguimos ayudando a sindicatos y políticos, que han robado históricamente los
beneficios del “camello”, sin darle un vaso de agua. Como en antaño, el
político está a la espera del aplauso y de que lleguen las carretonadas de
dólares en inversión directa en el país, sin evaluar el pánico que la misma
opacidad de las reformas ha causado en los inversionistas y consejos directivos
de las grandes empresas.
Quien quiere el “camello”, lo quiere entero; pero el
pánico debido a la velocidad y capacidad arbitraria del gobierno actual, la
corrupción y la infinidad de cuerpos de gobierno que buscan “facilitar” la
inversión, no les brinda confianza y certeza. Creando un clima de incertidumbre
y desconfianza, estos son los valores que invitan al inversionista a castigar
el proyecto mexicano.
En el papel y la planificación del gobierno, la
reactivación económica depende de la atracción de capitales debido a la
implementación exitosa de las reformas, es decir lograr incrementar la
recaudación fiscal, lograr aterrizar la inversión directa y abrir a PEMEX + CFE
a la inversión privada, para nuestra desgracia el ánimo y confianza no se
compra ni se vende, son valores que se exhiben en el diario acontecer. El
“camello” seguirá siendo del pueblo (también sus
deudas), del sindicato y políticos las ganancias.
A mi mis timbres….
Las instituciones pasan por tres períodos: el del
servicio, el de los privilegios y el del abuso. René de Chateaubriand (escritor
francés).
Nadie abandona el cargo de presidente con el mismo
prestigio y respeto que le llevó ahí. Thomas Jefferson (Político Estadounidense).
¿Pagar la cuenta? ¡Qué costumbre tan absurda!. Groucho
Marx (Actor estadounidense)
Cyber Note:
http://www.elfinanciero.com.mx/empresas/sct-lanzara-licitacion-de-tren-mexico-queretaro-el-15-de-agosto.html Por fin se
podría hacer efectivo México – Guadalajara en tren, la pregunta que ha sido y
será eterna. ¿Para quien no fue negocio ferrocarriles nacionales? Solo
puntualizo, que el trazo aun vigente, lo mando implementar Don Porfirio Diaz.
Articulo publicado el sábado 2 de Agosto 2014
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