lunes, 23 de mayo de 2011

La ‘droga’ más adictiva


Desde hace un tiempo, he intentado abordar este tema, pero no tenía una motivación que alineara algunos “instintos” personales como ahora. Si, vamos hablar de la obsesión por tener dinero y sus efectos en las personas. Es importante analizar y comentar que al igual que una droga, el dinero causa una dependencia, casi un padecimiento, que afectan el sistema nervioso central y las funciones cerebrales, que producen alteraciones en el comportamiento, en la percepción, en el juicio y en las emociones. Mucha gente le llama estrés, presión social o incluso se podría asociar en conjunto, a algún tipo de “denigración” personal.
Al igual que los efectos de las drogas son diversos, dependen del tipo de droga y de la cantidad o de la frecuencia con la que se consume. Las personas que inician a tener una obsesión por el dinero, tendrán diversas reacciones propias de una dependencia, al grado de alucinar, sienten euforia al tener cantidades cada vez más grandes, necesitando una “dosis” mayor para alcanzar una réplica del efecto y estar activos, ya que también existe una frustración muy grande al ver como su “riqueza” se esfuma casi igual de cómo llego (el llamado síndrome de abstinencia).
Es una analogía tan bien definida, que cuando se analizan algunos comportamientos de las personas en su juicio, jamás se lograría explicar el porqué actuar en este sentido, con efectos devastadores como la cárcel, la disolución del vinculo marital, el abandono de la familia o huir de la zona donde se habita, debido a comportamientos deshonestos, actos de corrupción o robos (también se podría decir el abuso de confianza).
Generalmente las personas que se dejan envolver por la publicidad y no logran adaptar su estilo de vida, con su forma de ganar dinero lícitamente, requieren de algún ingreso adicional, pero por el ahorro y conservación de energía, siempre se cae en la manera más fácil de ganar dinero, sin importar absolutamente nada. El objetivo es tener ingresos adicionales, sin tener un ápice de cordura, moral o algún otro aspecto de lealtad. Ese instinto de tener más, crece y se va haciendo más palpable, que en unos inicios la persona ni se da cuenta, pero acepta o propone un sobre pago (moche / mordida) las ganancias de estos ilícitos, inician a golpear el orgullo y la dignidad de la persona, requiriendo más dinero para suplir esas necesidades “banales” recién creadas, pero como se vuelven simples y fáciles de suplir, el individuo no percibe que sus “necesidades” ya subieron de precio, mientras la situación sigue estable la “adicción” sigue subiendo y los actos de “corrupción” / “abuso de confianza” / hurto / corrupción y demás sinónimos que quiera agregar se irán haciendo cada vez más descarados y con una pérdida de la realidad, hasta denigrar a la persona por completo, sin que ella lo perciba. En el momento en que el estado de confort se pierde, no existe la fuente de dinero, se buscara bajo todos los medios el encontrar una nueva fuente, con el cambio del entorno el individuo generalmente queda exhibido y sobrepasado por innumerable manifestaciones de esa ambición sin medida y la disposición de romper cualquier lealtad o lazo familiar. Para lograr una nueva fuente de ingresos que alcance a ser suficiente para suplir sus carencias.
Asi podríamos identificar a algunas gentes que están a nuestro rededor, quizás a algunos funcionarios públicos, algunos familiares o algunos empresarios. En el diario acontecer, podríamos suponer que con un salario de regidor (o quizás 2 por el cónyuge) no alcanza para comprar trajes de marca y tener vehículos del año? Solo eso por mencionar algo, pero hay mucho mas por decir y hablar de la clase política, mientras haya alguien que acepte dinero por favores, habrá quien pague por un favor, jugando con la dignidad y tomando el riesgo de ser exhibido en cualquier momento.
De aquí se desprenden las aborígenes frases ya celebres: “un político pobre, es un pobre político”; “quien no tranza, no avanza”; “quien parte y comparte, se queda con la mejor parte”; “cría cuervos y te sacaran los ojos”; “En política el fondo es forma”; “en arca abierta, hasta el más justo peca”; Podríamos pasarnos un buen rato apostillando infinidad de frases justificando la codicia y la doble o triple moral que en nuestro México se hace cada día más manifiesta, por ende común padecerla y ser golpeado por los efectos colaterales. Mientras no aprendamos a vivir con humildad, con un mínimo de codicia, solo la suficiente para motivar la superación familiar y el bienestar de su comunidad, mientras no disfrutemos lo simple de un taco paseado o un trago de agua en medio de una ladera, esta sociedad consumista nos atrapara. Inténtelo, no deje que nadie le platique un camino, recórralo quizás sea más reconfortante y placentero que la ruta que ahora conoce. No es fácil, nunca lo ha sido, pero quizás asi como la divulgación del mal y sus manifestaciones siempre ha sido más popular, valdría la pena cultivar las 7 virtudes: Fortaleza, Perseverancia, Laboriosidad, Paciencia, Responsabilidad, Justicia y Generosidad. No hay que promulgar ser un santo, pero cultivemos estos hábitos y seamos “la levadura en la harina”, ¡¡¡Si se puede!!!
A mi mis timbres…..
La felicidad está más con el pobre que considera que tiene bastante que con el rico, que nunca cree que tiene bastante. Charmesse
Debe uno ser pobre para conocer el lujo de dar. Mary Anne Evans (Novelista británica)
Por nuestra codicia lo mucho es poco; por nuestra necesidad lo poco es mucho. Francisco de Quevedo (Escritor español)

Cyber Nota: http://www.milenio.com/node/720041 Ahora, científicamente comprobado, un café por la mañana anima y enfoca a la persona en su actividad. Siempre es agradable disfrutar una taza de café con azúcar (entre mas moscabada / morena, mejor sabor).

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