La decisión de otorgar o prescindir la confianza a otra persona o
institución, es una apreciación de índole personal y básicamente es construida,
quizás reforzada, por la credibilidad o la buena Fe que se tenga de la
mencionada persona o institución. Todas las transacciones humanas (afecto,
economía, salud y bienestar, por mencionar algunas) se rigen por negociaciones
en las que rigen la Fe, si llegamos al punto en que ya no creemos en las
instituciones, ni en la autoridad y tampoco en muchas personas que nos rodean,
estaríamos en un estado de perdida completa de la Fe.
Las crisis económicas de los países, la salida masiva de capitales de
‘paraísos fiscales’ se vienen estrepitosamente al suelo, debido a
demostraciones, declaraciones y actos que destruyen la confianza que en ellos
se ha depositado. Haciendo una imagen nueva y reveladora del riesgo que
involucra seguir confiando en esas instituciones.
La sociedad actual está cruzando por una etapa de deterioro, una
facilidad para destruir tanto verbal como físicamente; una cantidad enorme de
información de la que se duda si es verdad o mentira, dejando un abismo de duda
y en el colectivo una insatisfacción de saberse timado o usado, cual manada
pastoreada por algún poder factico (real o ficticio, que tampoco se sabe de
dónde emana o si existe realmente).
En esta nueva sociedad, el poder no se encuentra en la razón o la
verdad, se busca el poder con la afinidad, con lo que la gente cree, con lo que
la gente acepta como correcto y la sociedad acepta como tal, lo adopta como
algo ‘regular’ y valido. Lo que la gente va adaptando como sus valores, como
contrapeso a su diario trajinar, lo que la sociedad no critica y penaliza, lo
que viene adaptándose generación tras generación, que se critica un poco cuando
inicia, pero se va forjando cual rama de un árbol, que va madurando y
engrosando hasta ser un tronco firme al que se toma como soporte para nuestras
decisiones.
Este problema de credibilidad y de Fe, es un padecimiento mundial.
Nuestra sociedad actual se vuelve cada vez más incrédula y dócil a las
adulaciones, cada vez más consumista y materialista.
Debido a esta ‘distorsión’ social y a ciertas nuevas costumbres
adquiridas, la iglesia católica por vía de su santidad Benedicto XVI ha
instaurado el año de la Fe (del 11 de octubre de 2012 al 24 de noviembre de
2013) con el objetivo de impulsar un encuentro personal con Dios, reestructurar
el tejido social mediante la promoción activa de los fieles en la iglesia y la
promoción evangélica en todo el mundo.
Esta carencia de Fe, este vacío individual, esta desconfianza en el
prójimo, está tornando a nuestra sociedad frívola, violenta y deshumanizada,
centrándonos en satisfactores individuales sin importar ética o moral alguna,
el objetivo es la satisfacción personal sin adquirir ningún compromiso, sin
esperar nada en el futuro, simplemente el ahora y el momento.
Por desgracia, el futuro se está volcando ante nosotros sin piedad y
puntual, cada 24 horas, le cambia el número al día, con el pasar de estos,
llegan los meses, el cambio de estación y por consiguiente el cambio de año,
impulsando a los niños a ser adultos, a los jóvenes en personas productivas y a
los mayores en adultos mayores, haciendo ese vacío personal más amplio, ese hueco
que no se puede llenar con vicios, con dinero, incluso ni con trabajo. Ese
espacio reservado para Dios, es ‘la Fe que mueve montañas’, también es el
principal motivo para buscar el bienestar del prójimo, el que ensancha el pecho
cuando ayudamos en las desgracias o a los necesitados, es el móvil para buscar
eternizarnos al procrear.
Esta renovada Fe, no es solo la Fe que la iglesia católica promueve, es
la Fe que se necesita para fincar un futuro, es el sincerarse y actuar con
valor, a cabalidad, pagar infracciones, impuestos y salarios justos; Es el
trabajar completa la jornada que me pagan, es abrirse al amor y comprometerse
con el ser amado, es buscar el bienestar de las personas a las que amo, dando
todo lo mejor que hay en mí. Es cambiar hábitos destructivos, por hábitos
saludables. Es dejar descansar la lengua, para que el cuerpo pueda demostrar
todo el trabajo que puede hacer, esta renovada sociedad dejaría la violencia
por la comprensión y los vicios por las actividades productivas, solo basta
creer y actuar, con el apoyo de todos, el bienestar llegara solo.
A mi mis timbres….
- El amor propio es el peor de los aduladores. François de la Rochefoucauld (Escritor francés)
- Una fe: he aquí lo más necesario al hombre. Desgraciado el que no cree en nada. Victor Hugo (Novelista francés)
- No debemos perder la fe en la humanidad que es como el océano: no se ensucia porque algunas de sus gotas estén sucias. Mahatma Gandhi (pensador indio)
Cyber Note:
http://www.elfinanciero.com.mx/index.php?option=com_k2&view=item&id=45308&Itemid=26
un medico mexicano creó una solución para hidratar cadáveres, permitiendo
esclarecer la identidad o la causa de la muerte, incluso pudiendo recuperar
información que conduzca a algún sospechoso.
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