viernes, 23 de julio de 2010

Las nuevas adicciones


Se dice que una adicción es la dependencia del organismo a alguna sustancia o droga a la que se ha habituado. Lo que implícitamente marca un comportamiento o hábito. De tal manera que pasan casi inadvertidas porque la sociedad no las reconoce como tales, dado que la línea que separa una adicción de una conducta saludable es muy fina y quienes las padecen no son seres marginales contrarios a cumplir sus obligaciones. Pero padecen un problema de personalidad y determinadas creencias que influyen negativamente en sus vidas y en la de quienes les rodean, pero han de desdramatizar su dolencia, porque la pueden superar.

"Tendemos a pensar que las adicciones sólo tienen que ver con el alcohol, las drogas, el sexo o conductas muy perniciosas, pero lo cierto es que todos podemos caer en patrones de conducta compulsiva que, sin ser graves ni suponer un trastorno serio de la personalidad, nos perjudican y pasan a ser el eje de nuestra existencia", Comenta Neus Colomer (Socióloga Clínica, Universidad Autónoma de Barcelona) quien esboza un tratado de estos comportamientos sociales en su libro “Las nuevas adicciones” e intenta hurgar en la infancia del paciente para fundamentar el porqué de sus obsesiones, pero sin culpar a los padres, "ya que con los mismos progenitores, cada hijo reacciona de distinta manera".
Las adicciones modernas generalmente inician con la conquista, esencialmente a todos nos gusta el “papel” de triunfador y capaz de agradar a las personas, pero algunas personas atraen hacia si mismas las malas relaciones, "que debilitan y empobrecen, económica, emocional e individualmente a la persona".
La adicción al trabajo, cuando uno es incapaz de pensar, disfrutar, vivir y sentir, si no es por y para sus relaciones laborales; la adicción a la cólera, algo que padecen quienes no saben demostrar sus sentimientos ni expresar un malestar, si no es en pleno estado colérico; La adicción a la limpieza, que se sufre cuando la persona se identifica a sí misma con el aspecto que tiene su hogar; la adicción a la buena apariencia, que surge cuando todo gira alrededor de la perfección por el aspecto físico y la persona centra todas sus energías para conseguir ese objetivo.
Las compras compulsivas, quienes la sufren viven la ansiedad y la culpa por estar atrapados en esa espiral de compras, culpabilidad y ansiedad; La adicción por la tecnología y comunicación, esta la padecen las personas que están pegados a la computadora o pendientes de todos los eventos vía Internet. No pueden dejar de estar en línea por algunos momentos, deben de estar al tanto de todo lo que sucede a cualquier hora del día.
Colomer, en su libro las define como "adicciones-consuelo” ya que con suma facilidad se generan en la adolescencia en la que los circuitos cerebrales implicados en el desarrollo de las aficiones sufren profundos cambios, lo que incita a las personas de estas edades a tener nuevas experiencias. Al mismo tiempo, como el sistema neurológico de inhibición está menos maduro a estas edades, los adolescentes se ven estimulados a acciones impulsivas y comportamientos arriesgados, incluyendo la experimentación y abuso de drogas adictivas.
En suma, los nuevos hábitos que se generan con el cambio en la tecnología y la presión social de la cultura del éxito, guapo y educado; han vuelto a los jóvenes, fríos, huecos y aislados, sin interés en otras cosas que no cumplan con el alivio de la presión que los medios ejercen en ellos o la antitesis del vulgar, arrabalero y miembro de las tribus sociales, que también brindan aceptación e identificación a los jóvenes.
Este reflejo de nuevos patrones sociales y nuevos comportamientos globales, están generando ansiedad y desesperación entre la sociedad, afectando por desgracia a los mas jóvenes en edades formativas; aquí la oportunidad de los gobiernos municipales, de crear espacios de recreación cercanos a los puntos donde las masas existen, proyectar planes de fomento a deportes formativos de competencia (natación, atletismo, boxeo, gimnasia olímpica, halterofilia, Etc.); existen bastantes disciplinas en las que se requieren del espacio o de instalaciones especiales, pero seria un semillero de jóvenes que pueden reorientar sus nuevas adicciones “destructivas” por “adicciones” constructivas; indispensable es, que las autoridades proyecten como romper el circulo en que la sociedad (en especial la de la ciénega) se entrega al enriquecimiento sin escrúpulos, sin ningún tapujo atropellan la integridad de alguien o destruyen la salud de algunas personas, enriquecerse a costa de cualquier medio y lo antes posible; Siempre el dinero como principio y como único fin, al final de cuentas, el pensar que el dinero lo es todo, es pensar que en esta tierra seremos eternos. Que falacia tan cruel, el saber que así como llegamos, nos iremos.

A mi mis timbres……
De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero. Benjamin Franklin (Estadista estadounidense)
Las vanas pretensiones caen al suelo como las flores. Marco Tulio Cicerón (Escritor romano)
La adicción nunca debería ser tratada como un delito. Debe ser abordada como un problema de salud. Ralph Nader (abogado estadounidense)

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