viernes, 27 de agosto de 2010

¿Hacer legal, lo ilegal?


Este es uno de los puntos de dialogo que Felipe Calderón Hinojosa abrió en la reunión con líderes de los medios de comunicación, en los “diálogos por la seguridad”. Pero el que se debata, solo causa ruido y por el tema, ha sembrado un millar de posturas y polarizado el ambiente, de por si enrarecido. Infinidad de “artistas” y personas del medio social, se han pronunciado abiertamente por una legalización de las drogas y también, aunque nadie lo ha escuchado, “El wuaza”
ha expresado estar a favor de la legalización de las drogas; lo que nadie ha expresado abiertamente, es el grado de adicción que generan, sobre todo las drogas sintéticas, y del deterioro mental y psicológico que en el individuo provocan. Llámese droga a la sustancia capaz de afectar el sistema nervioso central y las funciones cerebrales, produciendo alteraciones en el comportamiento, la percepción, el juicio y las emociones.
Dentro de la gama de drogas de uso común se pueden catalogar en duras y blandas, haciendo la diferencia el grado de dependencia que generan, mientras que las drogas duras crean adicción y una dependencia física y psíquica, las blandas solo crean dependencia física o dependencia psíquica. Ejemplos de drogas legales son el Alcohol, Nicotina, Cafeína, algunos inhalantes y bajo prescripción medica algunos alcaloides; Drogas Ilegales como Cocaína, Crack, LSD, Marihuana, Hachís, éxtasis, Anfetaminas, Heroína, Morfina, etc. Hasta aquí, lo rescatable es que TODAS estas sustancias, generan adicción en el individuo y deterioran su personalidad en mayor o menor grado, que el tipo de droga y la frecuencia de uso, deterioran la salud del individuo, amen de su estado emocional y psicológico. Un detalle importante es que de casi todas las drogas hay muertes por sobredosis, excepto la marihuana, me lo confirmo “el waza”.
Hasta este momento, solo dimensionamos los efectos en el área de salud, que es lo que menos les ha importado a los burócratas. El problema real es el trafico de estas sustancias, que al ser prohibidas se venden en el anonimato y generan una derrama económica excesivamente alta, capaz de corromper toda la estructura de un país y bien “organizados” se llega a formar lo que se ha denominado un “cartel”. Estos carteles, cual compañía transnacional contrata personas conocedoras de estadística, logística, costos y demás materias, para elaborar estrategias de distribución, empaque y sus posibilidades de éxito. Evaluar el éxito de las acciones y generar correcciones a los planes. El premio es tener en sus arcas las carretonadas de billetes verdes, de ahí se genera el meollo en el que nos encontramos atrapados; legalizar todo ese dinero evaluado en 29 mil millones de dólares por año, que dicen que entra a México en mochilas o en contenedores para ser “lavado”. El peligro, la inseguridad y la violencia, es debido al poder que todo ese dinero ejerce en manos de mexicanos, Si aunque usted no lo crea, existe una red rígidamente incrustada aquí, en la misma sociedad Mexicana, que se dedica a hacer legal ese dinero manchado de sangre, llanto y desintegración familiar. Esta red esta tan cerca de nosotros que casi es imperceptible, es decir, no la queremos ver.
Si hacemos cálculos conservadores, el tamaño de la economía Mexicana, PIB del 2009 fue de 875 mil millones de dólares, aproximadamente el 3% de la economía del país se mueve debido a estos “indeseables” capitales; que dicen viven en la ilegalidad, pero no creo que sean tan ilegales, mas bien como que no quieren verlo. Haciendo memoria aquí me llega a la mente la solicitud de Rafael Caro Quintero en abril de 1985 “a cambio de mi libertad, déjenme trabajar para que pague la deuda externa”. Nadie veía nada de malo en ello, total, ninguna droga de las que vendía se quedaba en territorio nacional. Pero quien diría, después de 25 años, cambio el panorama de un país de transito, a un país de consumidores y con varias crisis sucesivas que han hecho mas amplia la brecha entre pobres y ricos, y un campo fértil entre toda la sociedad para el consumo de drogas de todo tipo, desde inhalantes hasta drogas sofisticadas como pumpers, hachís, heroína, éxtasis o cocaína.
Como legalizar esta entrampada maquinaria, si el gobierno (Hacienda, Economía, IMSS, Etc.) no han podido incrementar la recaudación, todos los esfuerzos para romper con el comercio informal se vienen al suelo, como lograr que las partidas presupuestales se gasten en el objeto del programa para el que se otorgo, no en la administración del mismo. Personalmente, sin pensar en el daño social y de salud que el legalizar las drogas puede acarrear, al fin y al cabo ya tenemos algo de eso, el problema económico y de relación internacional seria una catástrofe, seria un paraíso turístico para gente con aberraciones de todo tipo. Generaría nuevos problemas sociales que necesitarían reformas a las leyes que deriven en acciones contra “comportamientos” bajo influjo de drogas. Por ultimo el nivel de educación de países desarrollados como Holanda, en donde prácticamente no hay analfabetas (En México 8%), por lo que trata a los adictos como victima de una enfermedad social, gente triste a quien el gobierno debe de ayudar. Ahí es donde México debe de dar un giro, eliminar los antivalores que ahora son populares y consideran “héroes” a los que hacen cosas que son prohibidas por la ley, que se pavonean escurriendo dinero por todos lados, que aun sabiendo que están fuera de la ley, la sociedad se sobaja para dar paso a su derrama económica. Pensar claramente el daño que se genera en la población, al disponer de manera sencilla y a un costo reducido las diversas drogas. No es suficiente con decir “No a las Drogas”, se necesita toda una transformación de la sociedad, antes de hacer legal, lo ilegal.
A mi mis timbres……
El dinero ha aniquilado más almas que el hierro cuerpos. Francis Scott Fitzgerald (Escritor estadounidense)
No estimes el dinero en más ni en menos de lo que vale, porque es un buen siervo y un mal amo. Alejandro Dumas (Escritor francés)
La primera ley de la amistad es pedir a los amigos cosas honradas; y sólo cosas honradas hacer por ellos. Marco Tulio Cicerón (político romano)

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