viernes, 18 de julio de 2014

Congruencia

Nos hemos enterado por varios medios de prensa, tanto escrita como por diversos medios, que está creciendo la sospecha que “las reformas de gran calado que el país necesita” se han quedado cortas en su definición y se han diluido tanto en su aplicación que se vislumbra un descontento en la población general, con más énfasis en los grupos afectados por sus efectos.
Es por demás, que en este país se legisle y se definan leyes estrictas, duras y que estén perfectamente diseñadas. Nuestro problema radica en la aplicación de las leyes, en la impartición de justicia se tiende a “negociar” o al uso de penas “mínimas” para gente influyente o que al juicio de los que imparten la ley, no hay que “joder” tanto. Casos existen muchos y cientos que se han quedado en el expediente, debido a “errores administrativos” o una absolución debido a falta de pruebas (Florence Cassez, Humberto Moreira, Carlos Hank) sembrando el descontento  la duda del sistema de impartición de justicia.
Este dilema se puede visualizar en 2 vertientes, quienes observamos a los cuerpos de justicia impartir la misma, no exigimos, bajo ningún termino que esto sea efectivo; la otra es que quien imparte la justicia, tiene el valor moral y  la equidad para hacerlo.
Para el primer caso, sabemos o se tiene un conocimiento popular, de que en los juzgados, por infinidad de motivos, existen expedientes sin resolver o simplemente se concluyen pero no se ejecutan. (Según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal existen más de 1 millón de órdenes de aprehensión sin cumplir en el país, a feb 2013). Cayendo en la zona de impunidad para los procesados que aun gozan de su libertad y de abuso de autoridad para los que están resguardados, a la espera de la resolución de su caso  por parte del juez.
En el segundo caso y hablando de la suprema corte de justicia (el cuerpo colegiado de más alto nivel de impartición de justicia) tiene jueces humanos, que pueden cometer errores y tener malas actitudes, por el mismo grado de “humanidad”, lo que no es aceptable, es que un magistrado utilice los juzgados y su influencia para “impartir la justicia” a su placer. El caso es del renombrado Genaro David Góngora Pimentel quien duro 14 años como ministro, de ellos 4 como presidente, de la suprema corte de justicia de la nación.
El mencionado, ahora retirado, en un juzgado de lo familiar se solucionó que debería de pagar una pensión mensual a su cónyuge (50 mil pesos, en teoría 35% de sus ingresos. En realidad percibe 375 mil pesos al mes) y sus 2 hijos. El Apeló y el magistrado Juan Luis González Alcántara y Carrancá, de la cuarta Sala de lo Familiar, la redujo a la mitad. No conforme con esta resolución, El demando por abuso y envió a prisión a la ex pareja y madre de sus 2 hijos por haber puesto a su nombre una casa que era para sus dos vástagos, hace aproximadamente año y medio.
El experto en leyes, no solo abuso de su amplio conocimiento, si no que cambio de juez la apelación, para que esta procediera y pudiera ver reducida su obligación con los pequeños y privar de su libertad a la progenitora de ambos. Será esta historia un reflejo del México real, nuestros administradores se conducen con este nivel de sentido común, con esta ética, con este nivel de confabulación o simplemente pierden toda base en la búsqueda de la revancha o el desquite al ver disminuido el dominio de la pareja.
Podríamos pasarnos bastante tiempo, enumerando abusos y excesos de funcionarios públicos, prepotencias y malos manejos, que se confabulan y se diluyen en los juzgados con faltantes o indefinidos en los expedientes, a final de cuentas, reina la impunidad y la colusión de la clase política.
Entonces, por más que las redes sociales abunden en calificativos o consignas en contra de estos hechos, la justicia no llega, más aun, el ruido de las redes, enrarece el ambiente no permite la claridad para implementar con precisión del mandato constitucional, por la presión social.
La única vía de solución, que personalmente vislumbro, es haciendo la soberbia a un lado, es obligar, aquí si por decreto, reducir el gasto en viáticos y representaciones, reglamentar montos de comidas y todos las “dadivas” adicionales que provocan el estilo de vida “intocable” de la clase política. Debemos pregonar que ellos gastan y visten, porque nosotros pagamos impuestos, así que debemos iniciar a exigir como patrón, una reducción efectiva del gasto corriente; transparencia y claridad en todas y cada una de las cuentas del gobierno, en sus tres niveles, a lo largo y ancho del país.

A mi mis timbres….
  • Un hombre sin ética es una bestia salvaje soltada a este mundo.  Albert Camus (Escritor francés)
  • Avaro es el que no gasta en lo que debe, ni lo que debe, ni cuándo debe. Aristóteles (Filósofo griego)
  • Cuando hay un exceso de amor, el hombre pierde su honor y su valía. Eurípides de Salamina (Poeta trágico griego)

Cyber Note: http://www.informador.com.mx/tecnologia/2013/460941/6/colaborador-de-la-nasa-interesado-en-proyectos-de-conalep-tijuana.htm Es muy importante vincular la educación a las instituciones y empresas privadas, en México tenemos una brecha que es indispensable reducir.

Artículo publicado el 01 de JUN. 2013, en el semanario Guía, de Ocotlán, Jalisco.

No hay comentarios.: