sábado, 19 de julio de 2014

La ultima educación

Por algún motivo, me ha tocado la suerte de ver algunas parejas discutiendo (la mayoría de las veces, menores de 25 años, aproximadamente), la discusión se sube de tono y el hombre reacciona (o quien funge como el lado “Varonil”), generalmente violento, cortando de tajo la comunicación y sometiendo a la pareja.
Quizá es un arco reflejo del comportamiento observado en algunas series de televisión o un comportamiento sumiso “natural” (por parte del femenino), situación que denota 2 vertientes del problema: una baja autoestima y una mala educación, ambos comportamientos generan una espiral degenerativa, que lastima y se torna más violentas a cada discusión, por lo que es necesario cortar lo más breve posible mediante apertura al dialogo, buscar ayuda profesional o definitivamente romper la relación, so pena de aceptar ultrajes y demás violencia al interior de la pareja, incluso fallecer en la siguiente discusión.
Las relaciones interpersonales, deben ser fincadas en una base de equidad (igualdad), es decir el comportamiento y el aporte al beneficio común debe ser igual para los dos. Es decir los derechos y responsabilidades al interior de la pareja deben ser equilibrados, para que la pareja tenga armonía y pueda reflejar afecto. ¿Cómo equilibrar a un individuo egoísta y violento? Hablaré de la parábola del Elefante, “El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño”. Aunque El mismo extraiga la estaca para poder retirarse del lugar, no lo hará por sí mismo, necesita el mando del entrenador. De esa misma manera en temprana edad de las relaciones de pareja, incluso en cualquier tipo de relación, es muy importante establecer reglas, lineamientos y responsabilidades. Es decir, debemos definir la base de la relación, no quiero que esto parezca una relación militarizada, pero el definir nuestros afectos, nuestros modos de dar y recibir cariño, nuestras maneras de conversar, nos permite buscar las afinidades y “adaptarnos” a lo que satisface a nuestra pareja.
El sentir afecto, el tener conversaciones fluidas y enfocarnos en conocer y hacer propios los gustos de mi pareja, permiten sumar mi felicidad con la de mi pareja, es decir la suma de felicidades individuales. Ese es el punto en el que nos volvemos productivos, en el que rendimos en el trabajo, en el que las ideas brillan por si solas y alcanzamos la plenitud.
Claro que es sencillo de lograrlo, basta con dejar el ego, pensar en el prójimo y brindarnos a nuestra pareja. El sexo, la plática, un simple refresco nos sabe a champagne, El inicio es lento, pero con el tiempo transcurriendo, la madurez vendrá y la plenitud no tardará.
El último factor que debemos aprender, es respetar a nuestra pareja. La base es dictada por el amor propio, es decir, “no hacer lo que no nos gustaría que nos hagan” es decir no engañes, no me lastimes, no busques sentimientos fuera de mí, porque Yo no lo hare.
Este mutuo principio, permite que dos individuos finquen una relación firme, segura y sana, dos felices individuos que se extrañan, se ofrecen y se complementan, que no permiten distracciones personales, para no ofender al otro. Que se respetan personalmente, que no son “dueños” del otro y son conscientes del amor que reciben y dan. Todo basado en el respeto a uno mismo, a nuestra pareja y a toda la felicidad que me proporciona el vivir en pareja.
Definitivamente, es un aprendizaje que vale la pena vivirlo, de sentirlo y respetarlo. Es increíble pretender usar toda una vida enamorando, destruyendo y amargando, la vida de muchas personas en la búsqueda de la felicidad, cuando la plenitud llega cuando amas sin límites, cuando te entregas a una pareja expuesto completamente y recibes esa felicidad. Eso se llama amor y es fácil de obtenerlo, difícil de conservarlo y extraordinariamente complejo el entregarlo a una persona. Es quizás el mayor satisfactor que mueve al mundo, que todos lo deseamos, que no tiene precio, ni forma de reponer, causa envidia y no se puede ocultar. No hay mayor satisfacción, que sentirse amado y tener a quien amar, millones mueren en el intento, debemos iniciar por amarnos a nosotros mismos.

A mi mis timbres….
  • Te amo para amarte y no para ser amado, puesto que nada me place tanto como verte a ti feliz. George Sand (Escritora francesa)
  • El amor propio, al igual que el mecanismo de reproducción del género humano, es necesario, nos causa placer y debemos ocultarlo. Voltaire (Escritor francés)
  • No ser amado es una simple desventura. La verdadera desgracia es no saber amar. Albert Camus (Escritor francés)

Cyber Note: http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/09303ab2d0108bf35e05ba2ea4b78d36 Casi de ciencia ficción, es la operación para corregir el síndrome de Parkinson, ya posible y hecha en México. Un electrodo con un marcapaso, controlan las reacciones musculares que el cerebro ordena a los músculos. Un caso de éxito y hecho en México.

Artículo publicado el 22 de JUN. 2013, en el semanario Guía, de Ocotlán, Jalisco.

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