La mayoría de los
problemas, de cualquier índole, se pueden resolver respondiendo a preguntas
básicas y simples, que se respondan con un ‘Sí’ o ‘No’. Es decir, todas las
relaciones interpersonales las podríamos simplificar eligiendo una palabra de
este binomio. ¿Aceptas? ¿Gustas? ¿Me llevas? ¿Me amas? ¿Me lo compras? Y un
millón de decisiones simples que cada día nos condicionan o nos liberan, pero
es el instante de una simple y llana decisión. Claro que no todos los Síes son
igualmente ponderados para una misma pregunta: ¿me lo compras? Refiriéndose a
diferentes objetos, o un ¿Aceptas? Para diferentes situaciones.
Estas decisiones,
van entramando nuestra vida y cambiando el escenario, debido a sus efectos, así
cuando joven el decir sí a algún trabajo, impidió darle el sí a algún curso o
causó darle un no a alguna fiesta. Este ejercicio de decisiones, es presente y
actual, no puedo decidir en el escenario de mañana, y tampoco cambiar la
formulación del minuto anterior, las consecuencias ya han sido aceptadas y el
factor tiempo nos ha acribillado sin oportunidad de mitigar cualquier dolor
fraguado por nuestras decisiones erradas.
A donde los
invito, hacia dónde podemos llegar con la solución del binomio SINO, a imaginar
que nuestra vida es un gran árbol, que crece a partir de un tronco (bases
morales de familia) que nos brindan cierto confort y una base sólida para ser
asertivos al momento de determinar una solución, en conjunción con el esfuerzo
personal y la constancia (ambos factores importantes en la toma de decisiones) nos
permiten decidir apropiadamente el rumbo de todos nuestros esfuerzos para
cumplir nuestras metas.
Sin mucho
preámbulo, mencione esfuerzo personal, constancia, toma de decisiones con bases
morales. #ya_me_canse, tan solo cumpliendo con este renglón podríamos lograr,
si todos le diéramos un SÍ, “el barco se nivelara”. Pero resulta que como
implica un montón de esfuerzo y dedicación, nomás no nos apuntamos a nada que
involucre este tipo de disciplina. Nos desgastamos debido a que sabiendo que es
un NO, decimos SÍ. Es decir moralmente sabemos que no debemos aceptar “dádivas” pero decimos SÍ, porque eso queda en el silencio del que ofrece y del que
recibe, sin importar el dicho popular “El amor y el dinero no se pueden
ocultar”, es decir al tenerlos en exceso caemos en otras decisiones que nos
atrasan, por exceso de amor o dinero, comenzamos con nuevas facetas y decimos SÍ a la mentira.
De un día de 24
horas, dormimos 8 y al menos gastamos otras 3 en comer y supongamos otras 8 de
trabajo + 1 de transporte, que estamos haciendo con esas 4 horas que nos están
pidiendo las consumamos con intensidad, que invirtamos algo en ellas, para que
nos reditúe en nuevos conocimientos, destrezas o habilidades, volvemos a la
autodestrucción con una negativa a la productividad y un acierto para la
flojera y el ocio. Es importante que orientemos nuestro ocio, dediquemos un
espacio del día a dar rienda suelta a que el cerebro se le ocurran tonteras,
pero debes de invertir en tomar esas ideas y valorarlas en un papel, en darle
un enfoque de negocios a esta idea, y lograr impulsarla.
En términos
sencillos, México no va a resolver sus problemas quemando vehículos, haciendo
pintas, destruyendo todo a su paso, secuestrando camiones y robando mercancías,
México debe dar el SI a reestructurar el sistema de impartición de justicia, dar
el Si a manifestaciones pacíficas y el Si a aprehender a vándalos para que sean
juzgados por sus desmanes y paguen por el daño causado.
Echando la
imaginación al aire, “se me ocurre” que existan 2-3 turnos en el juez del
ministerio público, trabajando y liberando casos las 24 horas. O que se obligue
a un mínimo de casos resueltos por semana, cuando el tiempo de espera de
resolución o en turno con el juez exceda algún parámetro, este dispare la
contratación de un juez temporal, que permita el desahogar apropiadamente los
casos.
Claro que
estaremos cansados, de vivir con tantos productos chinos que solo sirven para
hacer basura, de tantas películas pirata que impunemente se venden por todos
lados, de lidiar con ciclistas y motociclistas sin casco y en cualquier sentido
vial, poniendo en riesgo mi integridad, la de los peatones y de automovilistas.
Claro que decidimos
exigir justicia, pero no para quienes sufren pérdidas patrimoniales por las
manifestaciones, no para quienes al igual que los 43 han desaparecido, no para
quienes son objeto de un accidente vial sin ser culpables, pero que la ley así
específica y debe ser retenido hasta resolver el incidente.
Nos ha cansado México,
no por su lucha social, nos duele y nos agota, el dejar politizar los
acontecimientos y que se disuelva en una exhibición del musculo estudiantil
(auspiciado por la izquierda, Ojo que es la misma que impulso la candidatura
del expresidente de Iguala). A final de cuentas ya no importa la impartición de
justicia, no importa cualquier castigo impuesto al ex –presidente de Iguala, No
importa que incluso ya aparezcan con vida o muertos los 43, ahora lo importante
es repartirse las nuevas posiciones ganadas con el movimiento, amedrentados
políticos y ciudadanos, esperando la nueva asignación. ¿Con estas
manifestaciones, gano México?
A mi mis
timbres….
A veces no nos dan a
escoger entre las lágrimas y la risa, sino sólo entre las lágrimas, y entonces
hay que saberse decidir por las más hermosas. Maurice Maeterlinck (1862-1949)
Escritor belga
Cuatro
características corresponden al juez: Escuchar cortésmente, responder
sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente. Sócrates (Filósofo
griego).
Si nos alejamos de
Dios, ¿quién nos garantiza que un día un poder humano no reivindique de nuevo
el derecho a decidir qué vida humana vale y cuál no vale?. Juan Pablo II (Papa
de la iglesia católica)
Articulo publicado el sábado 29 de Noviembre 2014
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